Evolución del País en el sector pasa por debajo del radar de mucha gente, pero está sucediendo
Por Luis Plata
Hace veinte y siete años, Marty McFly, personaje inmortalizado por Michael J. Fox en la saga “Volver al Futuro”, viaja al año 2015, se sorprende con el admirable mundo nuevo a su alrededor. Durante la segunda película de la serie, una tecnología inexistente en 1989, cuando la obra fue publicada, hace una rápida aparición. En una de las escenas, un drone, representado por un pequeño robot volador perteneciente al periódico USA Today, escribe Doc (Christopher Lloyd).
De hecho, en la actualidad, las grandes organizaciones de medios, como la BBC, por ejemplo, hacen uso de este recurso en la obtención de nuevas perspectivas de imágenes. Hoy en día, los Vant (Vehículos aéreos no tripulados) representan el mercado de crecimiento más dinámico de la industria aeroespacial en todo el mundo y ayudan a una serie de áreas, como la agricultura, comercio y seguridad.
Según la consultoría americana Teal Group, el segmento de drones se moverá US$91 mil millones hasta 2024 en todo el mundo. La mayoría de estos vehículos son utilizados para fines militares (89%), pero la expectativa es que la producción y comercialización de estos robots calentar aún más en la economía global, generando más puestos de trabajo y la creación de nuevas perspectivas de negocios, principalmente buscando empresas. Incluso por aquí, ya que Brasil es un País tan receptivo a las nuevas tecnologías. De acuerdo con un estudio realizado por una colaboración entre Intel y la Penn Schoen Berland, empresa de investigación de mercado, ocho de cada diez brasileños tienen acceso a esta tecnología ayuda en el funcionamiento de la sociedad. Ya la Asociación Brasileña de Aviones no tripulados proyecta que el sector debe cerrar el año 2016, con una facturación de 60 millones de dolares en la industria local. Un número de respeto, teniendo en cuenta que estamos hablando de un recurso relativamente reciente.
La DJI, el mayor fabricante del segmento, que representa el 70% del mercado global, se lanzará a finales de año tres equipos que representan el dinamismo de la aeronave: DJI Mavic, un avión no tripulado plegable, Osmo mobile, estabilizador de cámaras para smartphones, y el DJI Agras MG1, que pulveriza insecticidas, dirigido al mercado agrícola. Estos productos serán expuestos por primera vez en la FITIC, la mayor Feria de Tecnología e Informática de la América del Sur, que tendrá lugar entre los días 15 y 18 de diciembre. No quedan dudas de que tales tecnologías atraen a los más variados negocios. La tienda en línea estadounidense Amazon ha probado de entrega con drones en Canadá, mientras que una pizzería de Santo André (SP) ha utilizado el vehículo en su delivery por aquí.
Pero, además de la agricultura y al por menor, otras áreas también han mostrado interesantes reducciones relativas a los drones. La Paiva Abogacía Digital, por ejemplo, se ha especializado en los aspectos jurídicos sobre el espacio aéreo, recopilación de datos y privacidad, además de entrenar y capacitar a los abogados en el uso de los sistemas de Proceso Judicial Electrónico. Ya la Futuriste, empresa pionera en el uso de la tecnología para los servicios de capacitación y en Brasil, también se enfocó en la capacitación referente a los drones, desarrollando un taller de montaje, instalación y mantenimiento del equipo, destinado a aquellos que quieren actuar en este nuevo segmento de trabajo. Las posibilidades son innumerables, pero aún hay mucho por desarrollar.
En la actualidad, el principal desafío del sector respecta a su regulación. En Brasil, tres entidades establecen reglas para el uso de drones: Anatel (Agencia Nacional de Telecomunicaciones), que controla las frecuencias de radio, la Anac (Agencia Nacional de Aviación Civil), responsable por aparatos y pilotos, y el Decea (Departamento de Control del Espacio Aéreo), que regula el uso del espacio aéreo. La ANAC, a su vez, está trabajando en el manual de normas para que los equipos puedan ser utilizados y satisfacer la demanda del mercado, sin perjudicar a las empresas y formalizar el sector.