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Drones automatizan la seguridad patrimonial.

Un artículo muy interesante abordando el uso de los drones en el área de seguridad de la empresa AES.
El uso de los drones esta cada vez más común en la automatización de la empresa y, combinada con la inteligencia artificial trae resultados sorprendentes.
Super cámaras, la precisión de vuelo, motores potentes y, por último, los sistemas informáticos son la combinación perfecta que pueden reemplazar el uso de personas en las funciones de riesgo como se muestra en la materia.
Lea en su totalidad:
AES Tietê, Vale, Manserv y Flex ya han adoptado las máquinas voladoras, incluso antes de todas las normas brasileñas para drones que hayan entrado en vigor.
Ellos no han firmado, pero toman la parada en grandes empresas en Brasil. Hacen ruido. No por mejores condiciones de trabajo, pero con sus hélices. Pueden moverse a 110 km/h, haciendo el trabajo de dos o más hombres. Los drones comienzan a ser reclutados para realizar las funciones antes realizadas por personas.
La minera Vale a la compañía de energía AES Tietê, empresas escuchadas por el G1 afirman que los empleados sustituidos no son despedidos, pero a los reguladores para las tareas “más nobles”. Gastan hasta$ 500 mil con los robozinhos, pero ahorran otros miles con la mano de obra.
Ganan aún en eficiencia y precisión. Y eso antes de que el gobierno finalizar la regulación de las maquininhas voladoras. En lo alto, ya vigilan plantas industriales, entran en las minas y se encuentran con fallas en los techos. La tendencia es que el avance de los robots, no sólo de los drones, y de otras tecnologías de cambiar la dinámica en el mercado de trabajo.
Tanto es así que el estudio de “La Revolución de las Competencias” del ManpowerGourp, presentado en el Foro Económico de Davos, señala que el 45% de las actividades realizadas por los humanos en el ambiente de trabajo pueden ser automatizadas dentro de dos o tres años.
Salen personal, entran drones
Todas las veces que había de vigilar sus 12 plantas hidroeléctricas, la AES Tietê montaba una operación de guerra. Llevando equipos, un coche que conducía un equipo que checaria las áreas verdes del entorno de la presa y sus márgenes. Los Barcos iban para el agua medir la vasão y la acumulación de material. El fondo del depósito era juzga por un buzo. Hoy en día, estas tres actividades son realizadas por drones aéreos, acuáticos y subacuáticos.
“Administrar el borde de la estanque es algo muy difícil. Son casi 4 mil kilómetros de borde”, dice el Italiano de Freitas, presidente de la AES Tietê. El uso de drones no sólo permite cubrir grandes espacios, sino recoger datos con precisión quirúrgica. Drones registran imágenes de alta resolución mientras vuelan por una ruta predeterminada. “Si usted no tiene una tecnología que innove de estas inspecciones, incluso puede inspeccionar, pero no con esta calidad”, dice Freitas.

En el Valle, los drones son los responsables del levantamiento topográfico de las minas a ser explotadas y de las rocas que fueron rechazadas. Al procesar las fotos aéreas en un software, la empresa puede determinar el relieve de una región y la cantidad de material rechazado. Los drones gastan un tercio del tiempo de un escáner, el equipo más moderno, y cuestan la mitad del precio.
“Hay más seguridad, porque no expone a las personas al riesgo”, dice Eunírio Zanetti, investigador del Instituto Tecnológico del Valle (ITV). Un drone en el aire significa que un ser humano no debe estar con un ojo en la roca y otro en equipos gigantes, como camiones con la altura de edificios de cuatro pisos – sólo el neumático tiene 4 metros de altura – y capaces de transportar 400 toneladas.
Antes de que los drones, los funcionarios de la Manserv, empresa de mantenimiento y limpieza, habían de recorrer el techo antes de comenzar las reparaciones. Después de las máquinas decolarem y empezar a averiguar del aire posibles daños en las estructuras, que sólo entran en acción para poner la mano en la masa. “El aumento de la productividad es de un 70%”, afirma Ricardo Moreira, director general del área de facility de la empresa.
En Flex, fábrica de electrónica, los drones actúan como agentes de seguridad: hacen rondas. Pero con la ventaja de mirar todo desde arriba y captar cualquier objeto sospechoso automáticamente. El proyecto fue creado por el instituto de investigación FIT.
“Cuando el avión no tripulado observa algo diferente en el perímetro del campus, le envía esa información a la central, que es el bunker, que avisa de la recepción o área de seguridad que empieza a volar el drone. Entiende si es una persona o un animal. Identificando ser una persona, es un acceso a la policía local”, explica Marcos Bregantin, director de nuevos negocios de la FIT.
Ubicada a un lado de la Autopista José Ermírio de Moraes, mientras que, por el otro, está la Cárcel 2 de Alicante, la fábrica ya ha tenido en sus alrededores un sujeto identificado por los drones. El hombre fue rápidamente detenido por la policía.