Es barato, ligero y puede cargar una bomba pequeña: el drone se vende comercialmente se ha convertido en una nueva alternativa de creación de terror para organizaciones como Hezbolá, el Estado Islámico o cualquier persona que desea producir caos gastando poco. “Se Trata del mismo drone que se puede comprar en Groupon o Sam’s Club por US$ 400″, dijo el general Robert Neller, del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, la semana pasada en un foro en Washington que se discutió el futuro de las prácticas de guerra.
La naturaleza elusiva de los drones pequeños es uno de los motivos para el Distrito de Columbia, sede de la capital, se ha definido como “el espacio aéreo de la defensa nacional”, la prohibición de vuelos de drones en la región.
Recientes Incidentes que involucran drones, incluyendo uno que el año pasado cayó en el césped de la Casa Blanca, complicaron la situación. Sin embargo, el problema no es de gente sin sentido de la dirección interesada en broma. Estos Drones pueden ser equipados con armamento de diferentes grados de sofisticación y están siendo usados en la guerra civil en Siria y en los tramos de las fronteras del Líbano y de Siria con Israel, donde el Hezbollah marca su presencia.
“Ha habido una preocupación cada vez mayor entre los militares y de mayor aceptación sobre este problema será perjudicial adelante”, dijo Andrew Metrick, analista de inteligencia en seguridad del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Desde el punto de vista de los Estados Unidos y sus aliados, antes no necesitábamos pensar en cómo combatir donde no tenemos total supremacía aérea.”
Las fuerzas armadas de los Estados Unidos comenzaron a estudiar drones pequeños, y la mejor manera de respuesta a ellos. En el comienzo del mes, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa solicitó ideas acerca de cómo proteger a las tropas de esta nueva amenaza, y planea realizar talleres en el mes que viene.
“Buscamos enfoques con escala, modulares y de costo accesible que puedan ser empleadas en los próximos tres a cuatro años y evolucionar rápidamente con avances tácticos y en términos de amenazas”, afirmó en un comunicado el administrador de programas de la agencia, Jean-Charles Ledé.
Marines comenzaron a integrar pequeños drones en sus ejercicios de entrenamiento en el Centro de Combate en el Espacio Aéreo que se encuentra en san bernardino, en el Estado de California, informó Neller.
Un infante o un soldado que se ve un drone en el cielo generalmente dispara para derribarlo, pero drones pequeños pueden operar de forma sutil y engañar a los radares, por ser poco más que un pájaro.
Sus motores pequeños dificultan mucho la detección acústica. Sensores con cámaras que operan en el suelo pueden detectar drones, pero los sensores empleados en los campos de batalla generalmente requieren importantes recursos de computación.
Una posible solución en estudio por los militares es utilizar un aparato que baraja señales electrónicas para evitar que el operador de un drone sobrevuela área determinada.
A diferencia de lo que ocurre con un dispositivo explosivo improvisado, un enemigo con un pequeño drone “no puede explotar un tanque, pero es más fácil atacar a individuos, recoger inteligencia y desactivar muchos recursos al obligar a los americanos a responder al peligro”, explicó Loren Thompson, analista de defensa del Instituto Lexington.
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